En Budapest encontrará una gran variedad de establecimientos, tanto para tomarse un café para llevar por la mañana como para disfrutar de una experiencia verdaderamente refinada con los mejores granos preparados por los mejores baristas.

El New York Café es más que una cafetería; es toda una institución. Es el escenario de la vida literaria de Hungría, el punto de encuentro de turistas y entusiastas del arte, y el bastión de la gastronomía refinada. Si le apetece probar el ambiente aristocrático, acérquese para tomarse un café y sumérjase en una experiencia única.

El Madal Café crea un ambiente de diseño limpio y sencillo. Traen el café especialmente desde Inglaterra y Austria.

El Tamp&Pull toma su nombre de los dos últimos pasos de preparación de un expreso. Aparte de servir un excelente café Has Bean, también podrá deleitarse con innumerables delicias.

El Espresso Embassy ofrece mezclas de café especiales creadas por los mejores baristas húngaros. Sin duda gozará de un café especial si se toma un expreso del Embassy, o un cortado, un flat white o un cappuccino.

El My Little Melbourne se basa en la idea de que la vida es demasiado corta como para un café malo. Podrá disfrutar de su indiscutible apuesta por la máxima calidad junto con ensaladas, sándwiches o un croissant.

El Fekete es un local pequeño muy bien organizado, con varios tipos de cafés de sabores especiales. Encontrará desde sabores amargos, cítricos, hasta aromas a nuez más dulces.

En el Printa sirven café de comercio justo de la mejor calidad, y al mismo tiempo hace las veces de escaparate para varios diseños ecológicos de muebles, ropa, bolsos y accesorios.

El Massolit combina lo mejor de la cultura de los cafés, funcionando al mismo tiempo como cafetería y como librería. Si le gustaría disfrutar de algo rico para acompañar su fabuloso café, no se pierda un pedazo de la tarta de queso que hacen.

El Central es un ejemplo perfecto de la notable historia de los cafés de Budapest. Fue fundado en 1887 y hoy en día todavía es uno de los mejores y más refinados establecimientos de su campo.

El Ruszwurm puede estar orgulloso de ser el primer café-pastelería de Budapest. Nos devuelve a la atmosfera de los salones de los años 20, con sus pasteles y galletas.

El Gerbeaud es todo un símbolo en Budapest y, al mismo tiempo, ofrece el café más famoso de la ciudad. Su diseño refinado y su servicio de calidad nos remontan a aquellos momentos históricos en los que los legendarios escritores de Budapest se pasaban los días en el Gerbeaud.

El Belvárosi Auguszt fue la creación de una famosa dinastía de pasteleros. De hecho, la familia Auguszt comenzó a hacer pasteles y helados en 1870. Sus productos mezclan de manera especial métodos de preparación tradicionales con métodos innovadores.

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